El partido que Boca perdía el 10 de setiembre lo dio vuelta dos meses después, en apenas 4 minutos. Y quedan abiertas todas las suspicacias posibles. Hubo de todo en estos dos meses, entre aquel 1-0 de Gimnasia hasta este 4-1 de Boca. Y este 4-1 de Boca sólo fue un enfrentamiento futbolístico hasta que Rodrigo Palacio marcó su primer gol. Luego, todo lo que siguió, estuvo de más.
Sin fastidio permanente, con silbidos sobre el final, los hinchas locales despidieron a su equipo. La situación no es nueva. El año pasado hubo protagonistas parecidos: Boca necesitaba ganarle a Estudiantes en La Plata y le ganó. No hubo muchos hinchas de Estudiantes que lamentaran la derrota porque el equipo de Basile peleaba el campeonato con Gimnasia, que le ganaba a River en el Monumental. Y todo esto refleja lo que es el fútbol en la Argentina. La AFA, con sus dilaciones, programó la continuidad para dos meses después de la fecha de la suspensión. No se puede pretender transparencia y que no haya mal pensados.Más allá del resultado, de los 4 puntos de ventaja que Boca les sacó a Estudiantes y River (rivales del sábado), el equipo de La Volpe ganó un partido, tiene un partido menos. Es que aún perdiendo uno de los 5 que faltan, quedará un punto arriba. Y no es lo mismo tener esa diferencia antes que ahora. Desde lo que pasó aquel 10 de septiembre a lo que pasó ayer, todo es dudoso, todo puede ser puesto bajo sospecha. Es que en el fútbol argentino, el que piensa mal, gana.
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